Ética empresarial: herramienta noble para superar la pobreza.

Por: Andrés Segovia G. [tweetmeme source=’asegoviag’ only_single=false]

La ética en las empresas no sólo sirve para regular, o clarificar, el comportamiento de una organización, es mucho más que eso y este paper vislumbra un beneficio clave para el desarrollo de la comunidad: disminuir los índices de pobreza.

Demás está decir que la Responsabilidad Social Empresarial (RSE), con sus compromisos implícitos, llega a mejorar la calidad de vida de sus stakeholders (clientes, colaboradores, proveedores, etc). Pero esta RSE no podría ser coherente sin un conjunto de valores que la articule y cuando no existe alineamiento no hay resultados propios de la aplicación de la RSE. Es por esto, que el comportamiento ético de las empresas es el principal arquitecto para lograr superar la pobreza, en estos tiempos modernos y de auge empresarial.

La primera manera de disminuir la pobreza es creando empleos, (Gómez Pérez, 1999) el progreso de los pueblos sólo se sustenta de forma positiva en la formación permanente y creciente de riqueza y bienestar, referidos estos a unos parámetro que dignifiquen a quien los crea y a quien los recibe. Quien los crea es la empresa; quien los recibe es la sociedad; la dignidad del esquema sólo se soporta en un sentido ético de los objetivos y las actuaciones de la empresa.

Bajo esta afirmación es claro que hay recompensas cuando se piensa en que los negocios, y la forma de obtener rentabilidad, son complementados con muchos factores. Pero esto no quiere decir que sólo haciendo prácticas en este sentido la lógica de la retribución mutua debería darse; la ética es lo que mueve, a veces subconscientemente, hacia  la superación de la pobreza.

Lo cierto es que hoy los conceptos de ética en empresas, buena gobernabilidad y desarrollo económico y social son cada vez más aceptados. La ética en las empresas ha sido una suerte de obligación voluntaria para ejercer prácticas de gobernabilidad y llegar a ser lo que hoy conocemos como “ciudadano corporativo”, pero ello no quita que existan otros factores que son los que realmente hacen que una empresa se mueva en esa dirección. Por ejemplo, las organizaciones están siendo constantemente evaluadas por ONG’S u otras entidades que pueden acabar rápidamente con su reputación, y eso los llevaría a disminuir su máxima: la rentabilidad.

El tema puede parecer complicado o a veces contradictorio, pero si se abre la mente y se explora en los plazos largos se puede observar una coherencia donde todos obtienen beneficios (hasta el planeta). Pero, por ejemplo, a veces resulta incomprensible que un mundo que genera grandes cantidades de alimentos no sea capaz de alimentar a toda su población y existan casos de poblaciones enteras sumidas en la pobreza. Estos problemas siempre se atribuyen al gobierno local, pero hoy en día es el sector privado el también llamado a cooperar en este tema.

Y para comenzar estas prácticas, deben ser aplicadas desde la base de la organización, más aún, las debe prácticar el empresario. Ellos deben entender que una buena gestión no debe estar separada de la ética, ya que esto hasta se puede transmitir a sus trabajadores y ellos hacia su entorno, lo que obviamente no mejora la cuestión de este paper: combatir la pobreza.

Tomando en cuenta muchos casos del mundo actual, se puede concluir que también existe una pobreza ética. (Martínez Herrera, 2005) La pobreza es una situación donde la persona carece de recursos y oportunidades para satisfacer sus necesidades vitales y para realizarse como persona individual y social. Esta situación no es simplemente la carencia de los bienes materiales para subsistir dignamente: la pobreza es, ante todo, el no desarrollo de las capacidades para desplegar las opciones de una vida con libertad, es alineación también en el ser y no únicamente en el poseer.

Pareciera que la ética en las empresas va más allá de la superación de subsistencia en cuanto a pobreza, es por eso que la RSE también tiene alcances sobre materias de derechos humanos. La ética está jugando un papel muy importante en muchos sentidos, pero un verdadero logro sería la superación de está pobreza tanto en el ser, como en el poseer.

Es aquí donde la comunicación organizacional cumple un rol fundamental. Sin duda que esto es un campo nuevo que las empresas han sabido, aunque no todas, explotar en su bien y salpicando a la sociedad, el medio ambiente y han combatido las malas practicas antiguas. En la época que vivimos, la era de la información y la aparición de nuevas tecnologías son indispensables, y sería ilógico, no aprovechar las nuevas herramientas en difundir las buenas prácticas que ayudan al desarrollo social. Aún así, muchos han confundido estos términos y creen que los valores y principios éticos deben ser modernos, acordes a los tiempos que vivimos, y en pos de eso, es que se ha mermado cada vez más la preocupación por el prójimo, su bienestar el bien común.

(Cabezuelo Lorenzo & Pérez Serrano, 2008) Los tiempos cambian y muchos autores se  lanzan a afirmar hoy que la Ética de la

Comunicación se encuentra en una encrucijada. Por tanto, la pregunta es: ¿Deben cambiar nuestros principios éticos en la actual sociedad de la información y el conocimiento? ¿La Ética se adapta a los tiempos? Sin duda alguna, los valores y criterios  directores de nuestras  actuaciones tienen que adaptarse a los tiempos. Nuestros valores y criterios se ven afectados en cierta forma por la evolución de los propios conocimientos que tan  rápidamente se propagan gracias a las nuevas tecnologías de la actual sociedad de la información. Sin embargo, esta evolución no significa que todo esté cambiando constantemente en el campo  de la Ética ni que estos valores puedan ser “relativizados”.

Claro que muchas cosas deben adaptarse a los nuevos tiempos, la sociedad así lo exige y las competencias van transformando los procesos, gestiones, pero los resultados éticos deberían ser los mismos siempre.

Todos los factores mencionados son responsables de la superación de la pobreza, no solamente la alza en la productividad ni un mayor compromiso. Pero cada una de estas actividades no serían nada si no se actúa con una ética responsable y dejando que los actos se muevan por estas normas y valores, no enceguecidos por aumentar los ceros. La familia, la base de este mundo lo pide a gritos, los gobiernos necesitan ayuda de otros actores; los gobiernos capitalistas ya hacen bastante con adoptar esta ideología, una cosa lleva a la otra, más capital supone más responsabilidad, más responsabilidad con la sociedad, pero no una que resucite reputaciones, sino una orientada al bien común, motivada por lo único que no cambia en resultados, la ética.

Más ética, más visión, más responsabilidad, más compromiso, más comunicación; menos pobreza.

Acerca de periodistasustentable

Periodista en Magíster de Comunicación Corporativa y Responsabilidad Social Empresarial.
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